Creo que uno de los temas más importantes y de los que más deberíamos de estar hablando en este tiempo dentro de nuestras iglesias es la oración, esta es una de las herramientas o armas más poderosas con la que podemos contar, teniendo por medio de esta la capacidad de comunicarnos con Dios y por medio de ello generar un cambio en medio de lo que está pasando en nuestras ciudades, estados, países y en el mundo entero, pero pareciera que hoy en día hemos olvidado la importancia de esta.
Hace un par de meses atrás tuvimos la oportunidad de tener en nuestra ciudad un evento de oración muy grande al cual se le llamo “Oremos Chihuahua”. La verdad fue impresionante ver a miles y miles de personas unidas en un clamor por nuestro estado y por México (gloria a Dios por estos eventos), pero por momentos siento como si hubiera sido solo la emoción de miles al estar reunidos ahí, pero a la hora de estar cada uno dentro de lo secreto, en nuestras casas, en nuestro caminar diario o en nuestras “iglesias” pareciera que cuesta mucho.
No sé como sean las cosas en tu país, estado, ciudad o iglesia en particular, pero algo que he notado durante el tiempo que he tenido la oportunidad de trabajar en el ministerio cristiano y contactar a diferentes personas en todo el mundo, es que las reuniones a las que menor cantidad de gente asiste a nuestras congregaciones son a las reuniones de oración, quizás sea porque nosotros hemos hecho que una de las experiencias más asombrosas que podamos tener como lo es la oración se convierta en algo monótono o aburrido, o tal vez sea que Satanás esta muy interesado en que los cristianos no oremos, pero es preocupante darse cuenta de esto.
Desde el día de ayer los ojos del mundo se situaron sobre un país que acaba de sufrir una verdadera catástrofe a causa de un sismo que al parecer tuvo una fuerza tal como para destruir casi por completo varias ciudades de este lugar llamado Haití.
Es triste ver como este tipo de cosas pasan. Catástrofes, la maldad en aumento en la tierra, muertes, asesinatos, suicidios, robos, pobreza, hambre, son cosas que podemos encontrar día con día en nuestros noticieros y no hablo solamente de mi país (México), sino del mundo entero, que tal vez los que nos hacemos llamar “cristianos” hemos ignorado o hemos dejado pasar incluso llegando al grado en que estas cosas parecieran ser normales para nosotros.
Mientras vemos estas noticias, me pregunto ¿qué sentirá Dios al ver un mundo que se pierde y que la iglesia esta adormecida?, ¿será acaso que nos falta conectarnos con el corazón de Dios para darnos cuenta de su aflicción?
Dentro de mi queda un clamor muy fuerte delante de Dios y este es: Señor despierta a tu pueblo en oración.
Recuerda la oración no es algo monótono y aburrido, es una de las mejores experiencias que puedes tener dentro de tu vida cristiana. de solo pensarlo me emociono; tener la oportunidad de platicar con Dios, el creador del universo, el que todo lo puede, el que no tiene principio ni fin, el que Es y siempre será. Aprovecha la oportunidad que te ha dado y levántate como intercesor a favor de tu iglesia, ciudad, estado, país y del mundo entero. ¡Dios está esperando por ti!
Hace un par de meses atrás tuvimos la oportunidad de tener en nuestra ciudad un evento de oración muy grande al cual se le llamo “Oremos Chihuahua”. La verdad fue impresionante ver a miles y miles de personas unidas en un clamor por nuestro estado y por México (gloria a Dios por estos eventos), pero por momentos siento como si hubiera sido solo la emoción de miles al estar reunidos ahí, pero a la hora de estar cada uno dentro de lo secreto, en nuestras casas, en nuestro caminar diario o en nuestras “iglesias” pareciera que cuesta mucho.
No sé como sean las cosas en tu país, estado, ciudad o iglesia en particular, pero algo que he notado durante el tiempo que he tenido la oportunidad de trabajar en el ministerio cristiano y contactar a diferentes personas en todo el mundo, es que las reuniones a las que menor cantidad de gente asiste a nuestras congregaciones son a las reuniones de oración, quizás sea porque nosotros hemos hecho que una de las experiencias más asombrosas que podamos tener como lo es la oración se convierta en algo monótono o aburrido, o tal vez sea que Satanás esta muy interesado en que los cristianos no oremos, pero es preocupante darse cuenta de esto.
Desde el día de ayer los ojos del mundo se situaron sobre un país que acaba de sufrir una verdadera catástrofe a causa de un sismo que al parecer tuvo una fuerza tal como para destruir casi por completo varias ciudades de este lugar llamado Haití.
Es triste ver como este tipo de cosas pasan. Catástrofes, la maldad en aumento en la tierra, muertes, asesinatos, suicidios, robos, pobreza, hambre, son cosas que podemos encontrar día con día en nuestros noticieros y no hablo solamente de mi país (México), sino del mundo entero, que tal vez los que nos hacemos llamar “cristianos” hemos ignorado o hemos dejado pasar incluso llegando al grado en que estas cosas parecieran ser normales para nosotros.
Mientras vemos estas noticias, me pregunto ¿qué sentirá Dios al ver un mundo que se pierde y que la iglesia esta adormecida?, ¿será acaso que nos falta conectarnos con el corazón de Dios para darnos cuenta de su aflicción?
Dentro de mi queda un clamor muy fuerte delante de Dios y este es: Señor despierta a tu pueblo en oración.
Dedicaos a la oración: perseverad en ella con agradecimiento. Colosenses 4:2
Recuerda la oración no es algo monótono y aburrido, es una de las mejores experiencias que puedes tener dentro de tu vida cristiana. de solo pensarlo me emociono; tener la oportunidad de platicar con Dios, el creador del universo, el que todo lo puede, el que no tiene principio ni fin, el que Es y siempre será. Aprovecha la oportunidad que te ha dado y levántate como intercesor a favor de tu iglesia, ciudad, estado, país y del mundo entero. ¡Dios está esperando por ti!
PD. dejo algunas fotos que tuve oportunidad de tomar el 6 de noviembre en el evento de Oremos Chihuahua, él cual fue excelente, en el que el pueblo de Dios en nuestro estado se unió en oración, pero ojala y podamos seguir orando con ese fervor.
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