En estos momentos me encuentro en un pasillo de mi antigua escuela (FCA/UACH), vine ya que una amiga mía me pidió ayuda para estudiar un poco de programación en JAVA debido a que participara en un concurso que se llevara a cabo el próximo sábado.
Pero algo curioso de verme de nuevo en los pasillos de la escuela es el notar la acritud de cada persona que pasa junto a mí, tal vez pudiera parecer extraño, pero me gusta ver pasar a los diferentes jóvenes y por su actitud, por sus palabras, por su vestuario, tratar de identificar o ver que es lo que hay en su interior.
Algunos pareciera que simplemente tienen cansancio tal vez por haber estado ya algunas horas en clases, otros parecen ver de lejos todo, como si pasaran un buen tiempo con sus amigos o disfrutando de lo que hacen, algunos más incluso se pudiera pensar que están pasando por una situación difícil o estrés, pareciera que los estudios se convierte en algo estresante que no tiene principio ni fin.
El tratar de pensar el cómo se siente cada persona que pasa junto a mi me lleva a recapacitar en cómo los pensamientos es un lugar oculto en el cual solo Dios puede entrar y conocer lo que hay en ellos, entendiendo y viendo las verdaderas intenciones del corazón.
“Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Pro 23:7”
Cuantas veces sin darnos cuenta hemos pensado cosas que no debemos, nos hemos sentido mal a causa de un pensamiento o este ha tomado una importancia tal que nuestro mundo real se distorsiona llevándonos a un mundo de fantasía que nos domina a nosotros mismos.
Es importante el poder examinar que es lo que ocupa la mayor parte de nuestros pensamientos, algunas personas incluso pierden el sueño a causa de pensamientos o preocupaciones de aquellas cosas que vendrán, pero estos pensamientos en cierta forma dominan nuestro corazón, y estos son un reflejo de lo somos en lo más intimo y privado de nuestra persona.
Yo te invito a que tomes un tiempo para ver tu interior y contestes estas preguntas dentro de tu vida: ¿Mis pensamientos bien? ¿Que ocupa mi mente? Y por último ¿realmente que es lo que hay en mi corazón produce estos pensamientos?
Me gusta mucho como habla es Salmo 141:4 diciendo “No dejes que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer obras impías Con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites.”
Esta debería ser una oración dentro de nuestras vidas, que nuestro corazón no se incline a lo malo, ni a hacer maldad, sino que nuestro corazón se mantenga alineado con el corazón de Dios.
Tal vez este sea uno de los post más raros que he publicado, pero quise aprovechar para compartir un poco de mis pensamientos raros ja!