11 Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.13 Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. 14 Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 15 Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. (Hechos 19:11-16).
Introducción:
Hay vidas que han marcado la historia de la humanidad, aquellas que han llegan a alcanzar grandes sueños, lugares privilegiados, o han luchado por algún ideal que tenían dentro de su interior, personas que son recordadas por las grandes cosas que hicieron. Por otro lado hay personas que van marcando la vida solamente viendo pasar el tiempo, ven como transcurren los días, los meses y los años, sin llegar a cumplir sus sueños.
Ahora cabe la pregunta ¿En dónde nos encontramos nosotros?, seremos de los que marcaran la historia, o seremos de aquellas personas que solo viven la vida sin saber realmente hacia dónde se dirigen.
Si en estos momentos viajáramos a otro país o continente y tuviéramos la oportunidad de preguntar a las personas por ti, ¿alguien sabría quien eres?, tal vez de casualidad nos topáramos con una o dos personas que te conocen porque son familiares tuyos o tal vez han sabido algo de ti, ¿pero realmente que tanto impacto podemos tener?
Ahora cambiemos de escenario un poco e imaginemos que vamos al cielo a preguntar por ti, ¿te conocerán o será que pasaras desapercibido?, no sabríamos decir que tanto impacto hemos causado en los cielos, pero de algo si estoy seguro, y es que habrá una mano que se levante y dirá: “Yo lo conozco, es mi hijo, aquí tengo su nombre escrito en el libro de la vida…”. En verdad que enorme privilegio tenemos de ser reconocidos por aquel que nos llamo de las tinieblas a su luz admirable.
Ya que a palabra declara en Romanos 8:30-31 “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
¿Pero qué tal si fuéramos al infierno, qué dirían de ti?, ¿será acaso que dirán, si a este lo conozco?
El deseo del corazón de Dios es que nosotros podamos ser de impacto en el lugar que nos encontremos y es por ello que Dios nos ha dotado con una genética espiritual de manera que ya no seamos nosotros mismos, sino que Dios sea quien se refleje en nosotros.
El pasaje que leíamos inicialmente en Hechos 19: 11-16 nos muestra cómo Dios hacia grandes milagros por mano de Pablo, y como eran tan grandes las cosas que sucedían que incluso llevaban a los enfermos los paños de la ropa de Pablo y los enfermos eran sanos, los espíritus huían.
Dios desea que entendamos que hemos sido dotados de una genética espiritual para que de esta manera llevemos su gloria y su gloria sea manifiesta.
Desarrollo:
1. Nos ha dotado de su Espíritu.
Lo primero que tenemos que entender es que Dios es quien hace grandes cosas, no era Pablo, sino lo que Dios hacia por medio de su mano, esto no era por él mismo, sino porque Dios lo había dotado de su espíritu para que por medio de él pudiera hacer grandes prodigios y milagros.
Si recordamos un poco la historia de Israel después de que retornan a Jerusalén cuando tienen que reconstruir la ciudad, vemos como empiezan a trabajar durante 7años, pero después de esto la obra se detiene durante 15años y es aquí donde Dios levanta a 3 profetas que son Hageo, Malaquías y Zacarías, estos tres profetas junto con Josué el sumo sacerdote y Zorobabel quien era gobernador tenían la encomienda de realizar la reconstrucción del templo.
En Zacarías capitulo 4 se describe una clara muestra de cómo la obra de Dios es realizada por medio de su espíritu santo, así que te invito a que me acompañes ahora a Zacarías 4:1-9
1 Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como un hombre que es despertado de su sueño. 2 Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima de él; 3 Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito, y el otro a su izquierda. 4 Proseguí y hablé, diciendo a aquel ángel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? 5 Y el ángel que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: No, señor mío. 6 Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos. 7 ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. 8 Vino palabra de Jehová a mí, diciendo: 9 Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Zacarías 4:1-9
1.1 Es en su espíritu en quien tenemos fortaleza.
Zacarías describe la visión. Un candelabro, de siete brazos, dos olivos a cada lado que le alimentan para dar luz. El mensaje parece demasiado confuso, pero el ángel se lo aclarara. El mensaje es para Zorobabel diciéndole que no con ejército ni con fuerza, sino con mi Santo Espíritu. La obra no dependía de Zorobabel, como tampoco depende de nosotros.
Yo no soy capaz, tú sí. Tú sabes más, y muchas frases parecidas a estas no son sino mentira del diablo. La obra es del Espíritu Santo, no importa lo grande o difícil que parezca, esta obra la va a hacer Dios, será en su fortaleza que lograremos conquistar el sueño de Dios en nuestra vida.
1.2 En su espíritu son derribados los obstáculos.
Después de esto aparece un gran monte, pero el ángel dice ¿Quién eres tú? Y menciona que este monte seria reducido a llanura delante de Zorobabel.
Ahora te pregunto ¿Cuál es tu monte?, ponte delante de él y dile: quién eres tú para ponerte delante de la voluntad de Dios. Jesús mismo nos dijo que si tuviéramos fe diríamos a ese monte quítate de aquí y se quitaría o le diríamos al sicomoro ve y plántate en él mar y lo haría. No hay nada imposible para Dios, tenemos un Dios sin límites y él nos ha dotado de su espíritu para derribar fortalezas.
No es con fuerza, no hay monte que pueda oponerse a la obra del espíritu de Dios.
1.3 El espíritu se conduce según lo dejamos actuar.
Zorobabel debía poner la primera piedra como líder del pueblo. Después poner los cimientos de la casa de Dios. Esto lo iba a hacer Dios por medio de Zorobabel, pero él debería iniciar la obra.
En la obra de Dios nosotros siempre debemos poner la primera piedra, porque así se demuestra nuestra fe. Una vez que escuchamos el llamado de Dios será necesario que tomemos pasos de fe y empiécenos a caminar hacia aquello que Dios prometió.
En ocasiones encontramos jóvenes que sintieron un gran llamado de Dios, y los vemos esperando a que todas las cosas estén en él orden correcto para poder caminar hacia lo que Dios les dijo, cuando el verdadero proceso es caminar mostrando fe en aquellas cosas que Dios te ha revelado por medio de su espíritu, ya que el espíritu se conduce o avanza según lo dejamos actuar dentro de nuestras vidas.
Algo normal que no debe sorprendernos es el hecho de que cuando empezamos a hacer la obra, muchos lo verán como poca cosa, muchos compararan aquel proyecto de templo, con el que construyó Salomón y lo despreciaran, algunos otros se reirán de lo que Dios te ha revelado, pero cuando es Dios quien te ha llevado para realizar la obra, será él quien la empiece y será él quien la termine.
Conclusión:
Zorobabel era alguien que recibió grandes promesas de Dios y sin duda alguna esta obra fue realizada por medio del espíritu santo, quien en aquellos tiempos posaba sobre las personas, más ahora él habita dentro de nosotros y la misma fuerza que ha actuado dentro de la vida de los grandes siervos de Dios ahora habita dentro de nosotros para que podamos cumplir el propósito para él cual nos ha llamado él Señor.
Sin duda alguna hay grandes vidas que han impactado a la humanidad, veíamos inicialmente la historia de Pablo quien es reconocido como alguien que hizo la mayor obra descrita en el nuevo testamento después de nuestro Señor Jesucristo, quien escribió la mayor parte del nuevo testamento, alguien que era reconocido en la tierra por la gran obra que realizaba, era reconocido en los cielos, ya que sin duda alguna recibirá grandes premios y galardones en los cielos, pero también era alguien que fue reconocido en el infierno por la obra que Dios realizaba por su mano, sin duda alguna alguien que fue usado grandemente por Dios, pero esto solo fue gracias a la obra del espíritu santo que habitaba dentro de su vida, adquiriendo esta genética espiritual que es necesaria para poder realizar la obra de Dios.
Dios desea hacer una gran obra por medio de tu mano y te ha dotado de una genética de su espíritu para que puedas realizar esta obra.
La obra del Espíritu Santo no es por fuerza, en su espíritu será derribado todo obstáculo que impida que esta obra se realice, pero debemos poner la primera piedra nosotros.