Hoy en día hemos desvirtuado el concepto de lo que es la critica y esto nos ha llevado a pensar que es algo malo, cuando la realidad es completamente diferente. El recibir o hacer una critica normalmente no es catalogado de una forma positiva, sino como un ataque.
La palabra critica proviene del griego κριτικός (kritikós), que significa "capaz de discernir", en otras palabras es la capacidad que se tiene de distinguir algo de otra cosa, señalando las diferencias que hay entre estas, se podría decir que es una opinión abierta entre aquellas características que existen del sujeto a ser criticado.
Sin duda todos hemos recibido alguna critica hacia nuestra persona en algún momento, ya sea por nuestras actitudes, nuestra manera de ser, nuestro físico o cualquier otro factor que pudiera ser criticado.
Toda critica refleja algo a ser considerado, ya sea que esta resalte algo de manera positiva o sea un señalamiento de algo que hay que considerar para producir algún cambio, pero en ocasiones hemos aprendido solo a escuchar aquellas criticas que nos hacen sentir bien, pero no aquellas que nos incomodan debido a que reflejan una verdad evidente.
Creo que el sentirse incomodado ante una critica es algo verdaderamente positivo, ya que esto implica que produjo algo dentro de nosotros que pudiera llegar a gestar un cambio al enfrentarnos a una verdad diferente a la que nosotros mismos hemos considerado.
La critica es una de las mejores herramienta que uno puede usar, por medio de ella se puede llegar a sacar de lugar al más docto, para que se de cuenta de la situación que vive. El problema es que no hemos aprendido a escuchar criticas al sentirnos atacados, ni hemos aprendido a ser críticos y decir abiertamente aquello que pensamos, encerrando nuestra ideología en una burbuja impenetrable.
Esta burbuja impenetrable que hemos creado a nuestro alrededor es la que en ocasiones ha impedido un cambio dentro de nuestras vidas y en todo nuestro entorno, produciendo que no seamos relevantes en el entorno que nos encontramos.
La biblia misma habla en cierta manera de las criticas, en un sentido de discernir entre el bien y el mal, diciendo lo siguiente:
Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño; pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. Heb 5:12-14
Creo que quien esta ejercitado para recibir y realizar criticas, es alguien que ha madurado en su relación con Dios de manera que el mismo sabe discernir aquellas criticas que hacen hacia su persona, de manera que estas siempre produzcan resultados positivos, pero también sabe utilizar este discernimiento para que sus criticas sean un ayo que lleve a siempre a la verdad.
Hoy en día la iglesia esta necesitada de personas con discernimiento que ejerzan una critica inteligente, sobre todo con respecto al liderazgo, ya que uno de los problemas actuales del líder dentro de la iglesia cristiana contemporánea es el orgullo, el cual produce ceguera espiritual, causado por las personas de que se rodean, que maquillan cualquier circunstancia para agradar a su líder.