Creo que este mensaje no sera uno de los más populares y es probable que sea criticado, ademas de tachado de inadecuado, pero es necesario hablar con honestidad.
Estoy cansado de ver como hoy en día hay muchas personas tratando de "vender" el evangelio y no me refiero a como sucedía antiguamente en el catolicismo con las indulgencias, sino me refiero a un mercadeo que se realiza con la finalidad de atraer a las personas a que "prueben a Cristo".
El día de ayer todos estuvimos atraídos por la noticia del terremoto y tsunami que sucedió en Japón en el que se estiman que habrá más de mil muertos, una situación triste, de la que no podemos mostrar indiferencia solamente.
Como era de esperarse no tardaron en surgir las palabras de solidaridad hacia los japoneses, los apoyos, chistes, etc. y la "iglesia cristiana" no se quedo atrás, buscando aprovechar la situación como una oportunidad de mercadeo para evangelio.
Una de las primeras declaraciones que tuve la oportunidad de leer en twitter por parte de un líder cristiano fue que "Dios esta castigando a Japón por vivir una vida sin reconocerle", de ser sincero esto me causo enojo, ya que en mi mente y mi teología no cabe la idea de esto, Dios no castiga a la gente para que se acerquen a él, Dios se acerca a la gente porque los ama.
Muchos oportunistas del evangelio han aprovechado el dolor y miedo de la gente para presentar a Cristo como la solución a sus problemas y claro que esto es muy efectivo en números, porque cuando la gente se enfrenta a una situación de temor son capases de probar cualquier opción que les proponga una solución aparente a lo que están viviendo. Pero esto tiene pocos resultados reales, ya que la gente toma una decisión por su situación y no por un entendimiento de su necesidad de una relación con Dios.
Es verdadero terrorismo espiritual pensar que tenemos un Dios tan malo que necesita infundir miedo para que las personas se acerquen a él.
Pareciera que esta tendencia de infundir miedo para que la gente "se acerque a Cristo" no es nada nuevo, sino que es un método que la religión a usado constantemente a lo largo de la historia.
Esta no es la única situación en las que se utiliza esta clase de evangelio barato, sino que lo hacemos en los hospitales ofreciendo a Cristo como la solución para que ellos puedan ser sanos, lo hacemos en las cárceles ofreciéndoles que por medio de ello obtendrán la libertad, o lo hacemos simplemente cuando pensamos que es una buena oportunidad de predicar en alguna fecha porque las personas están más sensibles a recibir una palabra, como en navidad.
No quiero que me mal entiendas, claro que Cristo ciertamente llevo todas nuestras enfermedades, nos ha dado una verdadera libertad y esta al pendiente de cada una de nuestras necesidades, pero es una tontería pensar que la gente se va a acercar a Dios porque les ofrecemos todos estos beneficios.
La vida cristiana no se trata de conseguir una tarjeta de crédito en la cual examinamos que beneficios tenemos al obtenerla, la vida cristiana se trata de como el creador del universo, pese a nuestras fallas y todos nuestros errores, nos acepta para transformarnos a la imagen de Cristo.
Hay una canción que recuerdo haber escuchado en mis tiempos de adolescente y en lo personal me gustaba bastante, pero hoy en día me doy cuenta de como ofrece a Cristo como si fuera un producto de supermercado el cual si no te funciona puedes exigir que te regresen tu dinero:
Prueba a Cristo, Prueba a Cristo, Prueba a Cristo,
Es la unica alternativa
Prueba a Cristo, Prueba a Cristo, Prueba a Cristo,
La mejor medicina
Prueba a Cristo, Prueba a Cristo, Prueba a Cristo,
La respuesta a tu vida
Prueba a Cristo, Prueba a Cristo, Prueba a Cristo,
SI NO TE FUNCIONA TE DEVOLVEMOS TU PECADO
A Dios no lo pruebas para ver si te gusta o te funciona en tu necesidad y si no vuelves a tu vida anterior, no se trata de probar a Dios, sino de experimentarlo, este es el verdadero evangelio; que Jesucristo vino al mundo a morir por el hombre para que nosotros pudiéramos tener esta comunión con él, ya no dependiendo de nuestras buenas obras, sino de su gran amor.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Juan 3:16-17