Papa, de niño me decía "Salta que yo té recibiré hijo!" Y yo saltaba... y al ser recibido me sentía lleno de AMOR. Sin embargo, en otras ocasiones al yo brincar, tu no me recibías y yo, yo me sentía lleno de... VIDA.
Creo que a lo que se refiere este "cuento" es al hecho de la relación que crea este niño con su padre por el simple hecho de lo que este le decía que era "salta", al hacerlo el recibía amor al ser atrapado por los brazos de su padre. Ahora menciona que en otras ocasione él lo hacia solo y se sentía lleno de vida, me parece que esto hace referencia al hecho de que aun cuando su padre no estuviera en ese momento y lugar en el que este niño saltaba, se sentía aceptado y aprobado al realizar este acto... la relación mental que creo de aprobación con esto, lo lleva a sentirse aceptado y vivo aun cuando este no esta.
Por otro lado este cuento pudiera tener otro sentido, ya que al brincar y el padre no recibirlo le podía causar miedo porque no sucedía como lo había percibido antes.
El miedo detiene, pero cuando uno se puede enfrentar a una situación de cambio como en este cuento, lo que queda después del miedo, es la vida del poder de la palabra dada del padre, el cual lo aprueba y recibe aun cuando no esta.
Me hace pensar también un poco en Jesucristo en su tiempo en la tierra, sin duda él pudo sentir la aprobación de su padre, cuando desciende sobre él el Espíritu Santo en forma de una paloma y se escucha la voz del padre diciendo "Este es mi hijo amado, en el cual tengo complacencia". Al poco tiempo él es elevado en la cruz y es cargado con todo el pecado de la humanidad y escuchas decirlo "Padre mio, padre mio, ¿porque me has abandonado?", llego el momento en el que esa relación no se pudo dar. El momento más critico de la humanidad, el padre estaba separado del hijo a causa de nosotros (si lo pienso y no quiero sonar hereje, desde la perspectiva humana se rompió por un momento la trinidad)... Pero, ¿después de esto que queda?, Jesús exhalando su ultimo aliento, lleno de vida (aprobación y confianza) diciendo: "Padre en tus manos encomiendo mi espíritu"... Jesús sabia la aprobación de su Padre, aun cuando en esta ocasión parecía no recibirle.
El momento más critico de la humanidad, la muerte del hijo de Dios se convirtió en su victoria más grande al resucitar, arrebatando las llaves del hades y el infierno a satanás.
Es común que dentro del liderazgo cristiano llegue el momento en que nos podamos sentir solos y con miedo, pero tenemos que ir más allá de lo que esta frente a nuestros ojos poniendo nuestra confianza en la aprobación que Dios nos ha dado y empezar a experimentar la vida en el silencio y la soledad.
Creo que estamos entrando actualmente en una crisis en que muchos líderes cristianos desmayan, dejando su labor a causa de sentirse con falta de apoyo y aprobación ante la mirada de los demás e incluso de ellos mismos, se encuentran en sus momentos de soledad y dudan de su llamado, no logran escuchar la voz de Dios diciéndoles que continúen el trabajo que les ha encomendado.
Hay una antigua película reconocida a nivel mundial, la cual considero un clásico del cine que se titula "La vida es bella", que plantea la historia de una familia judía en el tiempo de la segunda guerra mundial que son llevados a un campo de concentración en donde el padre por medio de un juego logra salvar a su hijo de la muerte, haciéndolo sentir aprobado al esconderse de los militares aun cuando él no estaba en ese momento.
Creo que esta película puede dejar claro el papel que tenemos que fungir en ocasiones, ya que tendremos que ser como este niño, cumpliendo su misión aun cuando encontraba soledad.
El líder cristiano no puede vivir en temor al no encontrarse las condiciones optimas para cumplir su llamado, sino que tiene que caminar con fe sabiendo de quien recibirá su recompensa.
Rompamos un poco los limites del miedo cuando las cosas no parezcan lo mejor, saltemos y encontremos la aprobación del padre por medio del amor que ya nos ha demostrado en infinitas ocasiones.
Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza. Pro 25:10