lunes, 28 de abril de 2008

Poco tiempo, mucho que hacer, mucho que decir...

En muchas ocasiones estamos agobiados con tantas actividades, tantas cosas que hacer, tantas cosas que decir y llega un momento en que este activismo nos lleva a olvidar la importancia de nuestra relación con Dios.

Dios desea y anhela que él sea nuestra prioridad, pero hemos puesto en primer lugar nuestras relaciones interpersonales, nuestra escuela, nuestro trabajo, e incluso nuestros ministerios en los cuales trabajamos, cuando el anhelo de Dios es que podamos descubrirle en cada detalle, en cada circunstancia, en cada momento. Él desea que le experimentemos al máximo cada segundo.

No permitas que tu vida se convierta en una rutina, vive cada día a la vez, experimenta su amor al máximo, él planeo este día para que tú lo vivas en abundancia con él.

Date tiempo, te está esperando…

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