viernes, 7 de noviembre de 2008

HABLANDO EN TODO TIEMPO.


Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. 1 Pedro 3:15


Llega el fin de semana, un periodo en el cual normalmente para algunos son días de descanso, de estar conviviendo con la familia, amigos, etc. Para algunos otros es un tiempo para dedicárselo a Dios por medio del estar asistiendo a actividades dentro de nuestras congregaciones, un espacio en el cual normalmente podemos encontrar eventos a los cuales podamos asistir, actividades que realizar como conciertos, congresos, obras de teatro, festivales, etc.

Sin duda alguna es un buen tiempo para poder realizar estas actividades, de esta manera disfrutando de nuestra familia, amigos, iglesia (refiriéndome a iglesia como a los hermanos en la fe), etc.

Pero nunca debemos dejar de lado el hecho de que estamos en esta tierra para ser lumbreras y como menciona la palabra nadie que prende una vela la esconde debajo de la mesa ya que de esta manera no alumbraría, sino que la pone en alto para alumbre todo el lugar en el cual se encuentra.

Siempre que llega el fin de semana (que por cierto para mí no es tanto un periodo de descanso, sino todo lo contrario yo creo que es el periodo en el cual tengo más ocupaciones) me pongo a pensar en varios casos que podemos encontrar dentro de los evangelios en los cuales Jesús sana o liberta de ataduras a gente que necesitaba el toque de Dios en sábado, día que para los Judíos es dedicado para Dios y tienen ciertas reglas de las cosas que eran permitidas realizar dentro de este día.

Los fariseos al ver que Jesús sanaba enfermos y los liberaba del yugo del pecado por medio de la autoridad que le había sido dada al ser el hijo de Dios, llegaban a enfadarse intentando detener el hecho de que Jesús realizara estas cosas, ya que no era permitido realizar cualquier actividad que involucrara trabajo en sábado, pero él siempre demostró que tenemos que estar listos para liberar a los cautivos de corazón y de espíritu, llevándolos de las tinieblas a su luz admirable.

En ocasiones no hemos comprendido como cristianos la importancia que tiene dentro de nuestras vidas el estar compartiendo de aquella luz admirable que ha venido a alumbrar nuestro entendimiento dándonos una nueva vida por medio del sacrificio realizado por Jesucristo en la cruz del calvario, mediante el cual por medio de su muerte y resurrección hemos sido hechos participes y coherederos de la vida eterna.


Es importante que comprendamos que no podemos ser indiferentes a la necesidad de aquellos que aun no conocen de Cristo. No podemos ser como los fariseos, siendo personas que por el simple hecho de estar sujetos a actividades o el hecho de que este fin de semana sea un tiempo que dedicamos para descansar, convivir con la familia, ir a la iglesia, etc. (cosa que aclaro que nada de estas actividades son malas) no estemos prestos a compartir y presentar defensa de nuestra fe a la cual hemos sido llamados.

El salmista decía: “En tus manos están mis tiempos”, sin duda alguna en manos de Dios está el control de la vida y de la muerte, está el control de nuestros tiempos como menciona Eclesiastés 3:2 “Tiempo de nacer, y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado…”

Nosotros como creyentes sabemos cuál es el rumbo de nuestra vida y que no terminaremos nuestra misión en esta tierra hasta que hayamos realizado aquellas cosas para las cuales hemos sido puestos aquí, para luego pasar a una vida eterna llena de gloria.

¿Pero qué hay de aquellos que están a tu alrededor y que aun no conocen de Cristo?

En ocasiones Dios nos ha dado la oportunidad de hablar con las personas que amamos que aun no conocen de Dios y hemos decidido callar las grandes cosas que Jesucristo vino a hacer en esta tierra y como ahora nosotros tenemos vida y vida en abundancia por medio de aquel que pago el precio más alto en la cruz.


2Ti 4:1 Cuando Jesucristo venga como Rey, juzgará a todos, tanto a los que estén vivos como a los que estén muertos. Por eso pongo a Dios y a Jesucristo como testigos de lo que te ordeno.
2Ti 4:2 Quiero que anuncies el mensaje de Dios en todo momento. Insiste en anunciarlo, aunque no parezca ser el mejor momento. Muéstrale a la gente sus errores, corrígela y anímala; instrúyela con mucha paciencia.
2Ti 4:3 Porque llegará el día en que la gente no querrá escuchar la buena enseñanza. En cambio, querrá oír enseñanzas diferentes. Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír.
2Ti 4:4 La gente no escuchará la verdadera enseñanza, sino que pondrá atención a toda clase de cuentos.
2Ti 4:5 Pero tú, Timoteo, mantén la calma en todo momento, soporta los sufrimientos y anuncia siempre la buena noticia. Haz bien tu trabajo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

HOLA ESTE FIN DE SEMANA FUE LLENO DE LAS BENDICIONES DE DIOS PARA COMPARTIR Y PARA HABLAR DE SU GRAN AMOR Y TESTICARLE .

ME SIENTO MUY BENDECIDA POR QUE LO UNICO QUE PUEDO VER ES QUE DIOS ES TAN MARAVILLOSO QUE NOS PERMITE SER LLAMADOS SUS HIJOS A TRAVES DE SU REDENCION EN NUESTRAS VIDAS, ESTE MENSSAJE QUE ESCRIBISTE LO LEI ANTES DE QUE FUERA EXACTAMENTE EL FIN DE SEMANA Y DIOS ME AYUDO A REFLEXIONAR MUCHO SOBRE ESTE TEMA.

FUERON MOMENTOS ESPECIALES EN SU PRESENCIA .

DARTE CUENTA QUE SOLO TIENES UNA VIDA Y UNA SOLA VIDA PARA SERVIRLE Y ELEGIR ESTAR EN SUS CAMINOS .

DIOS TE BENDIGA.