miércoles, 9 de diciembre de 2009

Una persona poco común.


Hace algunas semanas atrás conocí a una persona un tanto interesante, no es una persona común como las que podemos encontrar en nuestras iglesias, no es una persona con la que normalmente quieras pasar tiempo o hablar con ella, al contrario, es una persona recluida y apartada a causa de lo que esta misma es, una persona del tipo de las cuales tendemos a alejarnos y escondernos, pero sin duda Dios la puso en mi camino para darme una lección y reafirmar aquello de lo que él tanto me ha hablado.

Me encontraba en una pequeña plaza enmedio de una agradable noche un poco fría cuando él apareció, yo un tanto distraído mientras disfrutaba de un elote y platicaba con una amiga él se acercaba hacia mi tambaleándose de un lado a otro, en el momento que lo vi era tarde para apartarse de él como normalmente lo aria cualquier persona, mi reacción al verlo fue ponerme de pie para ver que era lo que buscaba, cuando llega me extiende la mano buscando saludarme, en el momento que lo saludo me dice: "amigo no tienes unas monedas para el camión", de su boca salia un olor un poco peculiar al cual no estoy acostumbrado pero era sumamente desagradable, en ese momento me dí cuenta que esta persona no solo estaba ebria, sino que dentro de sí tenía una gran necesidad y decido darle unas cuantas monedas que encontré a la mano introduciendo mi mano en la bolsa de mi pantalón y sacando lo que mi mano pudo tocar de dinero y se los di solamente diciéndole: "deseo que Dios te bendiga abundantemente y pueda suplir esa necesidad que tienes dentro de ti", en ese momento esta persona me agradeció y tambaleándose se aparto de ahí.

Mi amiga un poco sorprendida de el hecho de que yo lo había saludado y le había dicho esas palabras me miraba con una mirada que me hacía sentir que se le había hecho extraño la manera en la que reaccione, tal vez porque normalmente tendemos alejarnos de estas personas o por el hecho de las palabras que le dije deseando que Dios lo bendijera cuando él probablemente no podía entender mucho de lo que le decía en su estado, en ese momento le comente que estas personas necesitan que se les demuestre el amor de Dios y le dije es más y con mis ojos abiertos dije: "En este momento oro Dios para que no lo dejes en paz hasta que él pueda ser tocado por tu presencia y llegue a tener una experiencia real contigo"... todo esto mientras él se alejaba cruzando la avenida que se encontraba enfrente de esta plaza.

Cuando declare esas palabras yo no imaginaba lo que pasaría ya que a los 10 minutos de que se fue lo veo regresar de nuevo, en ese momento pensé en irnos de ese lugar pero por alguna razón no me pude mover o irme, cuando él llega entrega en mis manos el dinero que le había dado y me pregunta con la voz un poco temblorosa: "¿tu eres profeta de Dios?", en el momento que él me dice esto me sorprendí de la pregunta que me hacía y yo simplemente le pude decir: "no me considero profeta pero me atrevería a decir que en este momento Dios tiene un mensaje para ti por medio mío".

Su reacción a mi respuesta fue un tanto extraña porque me dice: "¿que dice Proverbios 31:6?", en ese momento me sorprendí que me preguntara por un versículo, pero en ese momento no recordaba lo que decía por lo cual le tuve que decir que no lo recordaba y me dice: "Dad la sidra al desfallecido, Y el vino a los de amargado ánimo." y después me dijo "por esta causa yo tomo", le trate de explicar que no se refería literalmente a eso y que hoy podemos tener gozo por medio de Cristo y una serie de cosas al respecto, después me comento la causa de que regresara conmigo a devolverme el dinero y me dijo: "mira allá, ahí está la cantina a la que siempre voy, yo te pedí dinero para seguir tomando. Cuando me fui de contigo llegue ahí y la luz estaba prendida pero no pude abrir la puerta estaba cerrado y lo intente varias veces, así que tuve que regresar contigo a ver qué quieres conmigo, se que algo tiene que ver contigo"... en ese momento yo me sorprendí de una manera que pocas veces lo he hecho al ver las palabras que había declarado sobre su vida cuando se fue y como Dios había hecho que regresara y le pasara esto.

Antes de que pudiera abrir mi boca me dijo: "la Biblia dice: Dar de comed al hambriento, Dar de bebed al sediento, Dar posada al necesitado, Vestid al desnudo. Yo tengo estas necesidades, estoy crudo, tengo hambre, tengo sed, tengo frío y necesito dormir"

Cuando dijo estas palabras me recordó el mismo pasaje del que él hablaba y como dice Jesús que cualquier cosa que hagan a uno de estos pequeñitos por él la hacen... Esto conmovió mi corazón en gran manera pero al pensar en la situación real en la que estaba, que estaba con una amiga, al voltear y ver que los elotes ya se habían ido y algunas cosas más le dije: "no te puedo ayudar mira con todo gusto te compraría un elote para que comieras pero ya se fueron los de los elotes, lo que puedo hacer es orar por ti", le puse la mano en el hombro y comencé a orar con mis ojos abiertos diciendo: "padre te pido que bendigas la vida de este hombre...", justo había dicho esas palabras cuando el golpea mi brazo para que dejara de orar y me dice con la voz elevada y algo alterado: "tu no puedes orar por mí, no me has ayudado, ya te dije necesito comer, necesito tomar algo y necesito donde dormir... tu estas en pecado no me has ayudado y por eso no puedes orar por mi... llévame a alcance victoria".

Cuando hizo esto pensé que las cosas se pondrían feas ya que literalmente me había dado un golpe en el brazo y no lo llevaría en mi camioneta si andaba mi amiga conmigo y este señor estando borracho... entonces le dije: "ven vamos a caminar para allá un rato", todo esto con la intención de alejarlo de mi amiga ya que se había puesto agresivo y no quería que se dieran más problemas, así que lo iba a despedir, decirle "mira para allá queda alcance victoria si puedes llegar..."

En el momento que iba caminando con él veo retirado en la esquina unos elotes y siento dentro de mí como si Dios me hablara y me dijera: "te estoy dando la oportunidad de servirme a ver ahora que escusa pones"... esto quebró mi corazón al darme cuenta que realmente Dios me estaba hablando y había traído a este borrachito que conocía la biblia. Entonces le dije: "Ven vamos por un elote".

En ese momento el se da cuenta que estábamos dejando a mi amiga sola mientras yo caminaba con él y me pregunta por ella, entonces me devolví le di las llaves de mi camioneta y le dije: "vete a la camioneta entra y cierra los seguros, ahorita voy para allá no te preocupes".

Después llegamos a los elotes y al ver la señora que atendía los mismos me dice en voz baja: "te lo vas a llevar para allá verdad porque no quiero problemas"... le respondí que no se preocupara que me lo llevaría, después le pedí un elote y la señora tomo el vaso más chico que tenia para prepararme un elote, en ese momento me moleste y le dije: "No prepara lo mejor que tengas y también el mejor refresco que tengas"... ella hizo una cara de asombro y me preparo lo que le pedí después me cobro y aleje a este hombre de los elotes.

Después de estar algunos metros retirados de los elotes le dije a este hombre: "me dijiste que tenias hambre, come y sacia tu hambre, me dijiste que tenias sed bebe y sacia tu sed, me dijiste que tenias frío toma mi chaqueta...".

En ese momento este hombre se tiro de rodillas y comenzó a llorar mientras por sus mejillas corrían las lagrimas me decía sollozadamente: "Yo conocí a Dios y sé que él me hizo un principie, un rey y un sacerdote, pero me aleje de él, deje de seguirlo y escucharlo... no puede ser posible que tu vengas y hagas esto por mí, Dios me está diciendo que no me rechaza".

Cuando escuche estas palabras fue inevitable para mí soltar una lágrima ya que este hombre había estado alejado de Dios y Dios en su amor y misericordia me había usado a mí para hablarle a este hombre...

La historia continua un poco, pero por hoy he hablado mucho, solo te puedo decir que conocí a una persona interesante que no cabe dentro de los esquemas del tipo de personas que nos acercaríamos que estaba sumamente necesitado de Dios y que Dios uso para mostrarme que necesitamos tener realmente una compasión por las almas y volver a ese amor que Jesús tenia por la gente que lo daba todo por ellos.

Ojala todos pudiéramos toparnos con un hombre como este que no entra dentro de ningún esquema pero que Dios uso para hablarme y me uso a mí para hablarle a él.

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