miércoles, 15 de octubre de 2008

ANTIBIÓTICOS ESPIRITUALES

Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Lamentaciones 3:22-23


Durante esta mañana meditando un poco en la Palabra leía el libro de lamentaciones, un libro que para muchos de nosotros no es muy atractivo de estudiar en ocasiones derivado de algo muy sencillo que pareciera por momentos hasta risible, como el nombre que lleva este libro: “Lamentaciones” y muchos de nosotros la realidad es que no acudimos a la palabra para buscar cosas de las cuales podamos lamentarnos, sino que normalmente venimos buscando consuelo y ánimo para nuestras vidas.

Pero siempre que vas a la palabra te vas a topar con el hecho de que la Biblia no es como un analgésico el cual solamente te calma los síntomas y te permite sentirte bien momentáneamente, sino que la palabra es un antibiótico que ataca directamente el problema tal como se menciona en 2Timoteo 3:16 “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

La función de la palabra no es solamente para hacernos sentir bien (aunque sin duda lo hace), sino que se convierte en un espejo mediante el cual podemos darnos cuenta de nuestra condición, al igual que en la mañana nos levantamos y nos miramos al espejo intentando vernos lo mejor posible y al ver nuestros defectos los tratamos de corregir.

También es importante recordar que la mejor manera de verte agradable es por medio de mantenerte en la presencia de Dios, ya que “el corazón alegre hermosea el rostro”. Claro cabe señalar que no estamos hablando del aspecto físico, sino que hablamos del interior.

Pablo decía: “Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en vosotros la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús.” Él no te dejara hasta que haya llevado tu vida a ser conformado a la imagen de Cristo.

El deseo de Dios es que puedas vivir una vida en abundancia que no se lamenta de lo sucedido en su vida, sino que va de poder en poder, que todo lo que hace prospera, pero esto solo se puede lograr por medio de buscar su palabra y esperar en él.

EL GRAN AMOR DEL SEÑOR NUNCA SE ACABA, Y SU COMPASIÓN JAMÁS SE AGOTA. CADA MAÑANA SE RENUEVAN SUS BONDADES; ¡MUY GRANDE ES SU FIDELIDAD! POR TANTO, DIGO: «EL SEÑOR ES TODO LO QUE TENGO. ¡EN ÉL ESPERARÉ!» BUENO ES EL SEÑOR CON QUIENES EN ÉL CONFÍAN, CON TODOS LOS QUE LO BUSCAN. BUENO ES ESPERAR CALLADAMENTE A QUE EL SEÑOR VENGA A SALVARNOS. LAMENTACIONES 3:22-26

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola marcos como estas?Dios me ha bendecido mucho con esta reflexion es ciertos que sus bondades son nuevas cada manana a veces nos deseperamos por que no queremos esperar pero cuando aprendemos a tener fe y a confiar en el las cosas cambian , deseo que estes muy bien por alla en chihuas Dios te bendiga .