Introducción:
Cada año que termina siempre algo que acostumbro es buscar dirección de Dios para el siguiente año y por lo general he creado un plan de objetivos a cumplir que son diarios, semanales, mensuales, trimestrales, semestrales y anuales con diferentes hitos de evaluación, buscando garantizar de esta manera el cumplimiento de los mismos.
Al finalizar este año que acabamos de concluir (a diferencia del 2009), me he dado cuenta que he quedado bastante lejos de esos objetivos que me plantee, algunos los pude realizar, pero muchos otros no fueron posibles y esto no porque no fueran objetivos alcanzables o porque no me esforzara por llegar a ellos, sino que simplemente entiendo que no era el tiempo de Dios para que estos sueños se dieran, pero a pesar de entender esto, al realizar mi última evaluación del año me sentí un poco frustrado al ver que estos objetivos no se cumplieron.
Año tras año me ha tocado ver personas que uno de sus propósito de año nuevo es ponerse a dieta y bajar esos kilitos que tienen de más, pero también he visto como llega el final del año y ellos siguen en su mismo peso o en el peor de los casos se encuentran en una situación desfavorable a lo que esperaban.
El pensar en la frustración que sentí por no ver cumplidos mis objetivos y ver a tantas personas que año con año fracasan en sus propios planes, me hizo preguntarme ¿en dónde está el error?
Al llegar el día 31 de Diciembre nosotros no hacemos una gran fiesta para recibir el siguiente año, sino que como familia acostumbramos pasarlo en casa, cenamos juntos, pero sobre todo recordamos aquellas cosas que Dios hizo en este año, cantamos, oramos, estudiamos la palabra juntos, etc.
Transición:
Durante ese tiempo Dios empezó a tratar algo en mi mente y en mi corazón llevándome a un pasaje que es muy conocido en 1Pe 1:6-13, permitiéndome ver y entender algo más dentro de este mismo, lo que me llevo a no realizar planes u objetivos este año, sino plantearme una misión para el 2011.
Siempre que estudio algún pasaje bíblico una de las primeras cosas que hago es buscar el propósito del pasaje y en muchas ocasiones me he dado cuenta que por la forma de escritura de aquellos tiempos el propósito es lo último que se menciona y que, si examino el pasaje de forma inversa logro entender más lo que está tratando de decirme el mismo. Es como si tuvieras que realizar un laberinto en una hoja y en lugar de iniciarlo por donde se debe de iniciar, lo empezaras por el final del mismo, lo que hace que se convierta en algo mucho más fácil de realizar.
Desarrollo:
Dentro de este pasaje antes del propósito pude encontrar dos cosas que me dan una partida para poder entender este mismo que se convirtió en mi misión para el 2011.
1. Profetizando hacia el futuro.
De los versos del 10-12 Pedro nos recuerda un poco de los profetas, de cómo estudiaron acerca de la salvación, como hablaron de ella y profetizaron de Jesucristo, pero también menciona como tuvieron que sufrir a causa de esto. Ellos tratando de entender los tiempos y quien sería el mesías, Dios les revelo que no seria para sus tiempos, sino que seria para los nuestros.
1Pe 1:10 Los profetas estudiaron con cuidado todo acerca de esta salvación, y hablaron de lo que Dios les daría a ustedes por amor.1Pe 1:11 Antes de que Cristo viniera al mundo, su Espíritu les enseñaba a los profetas lo que él debería sufrir aquí en la tierra, y también les enseñaba todo lo hermoso que sucedería después. Y los profetas intentaban descubrir quién sería el Mesías y cuándo vendría al mundo.1Pe 1:12 Pero Dios les hizo entender que lo que ellos anunciaban no era para ellos mismos, sino para ustedes. Ese es el mensaje que les dieron a ustedes quienes les enseñaron la buena noticia. Y lo hicieron con el poder del Espíritu Santo, que fue enviado del cielo. ¡Esto es algo que los ángeles mismos hubieran querido ver!
Estos profetas estuvieron dispuestos a continuar hablando de algo que ellos no verían, ni lograrían experimentar, incluso que les costaría la vida a muchos de ellos, pero profetizaban hacia el futuro, poniendo su confianza en aquellos hechos que nos habrían de suceder a nosotros.
2. Profetizando al pasado con la esperanza en el futuro.
Siguiendo en mi esquema inverso, lo anterior a que Pedro hable de los profetas, habla directamente acerca de nosotros (obviamente la carta está dirigida a los cristianos que vivían en las regiones de Ponto, Galacia, Capodocia, Asia y Bitinia, pero en cierta manera también se refiere a nosotros, los que hemos creído en Jesucristo y por lo tanto somos su pueblo).
El verso del 8 menciona como nosotros en cierta manera somos como los profetas ya que no hemos visto a Jesucristo, sin embargo hemos decidido amarlo y creer en él, convirtiéndonos en cierta manera en personas que profetizan hacia el pasado.
1Pe 1:8 Ustedes, aunque nunca han visto a Jesucristo, lo aman y creen en él, y tienen una alegría tan grande y hermosa que no puede describirse con palabras.
Cada vez que los cristianos celebramos la santa cena uno de los propósitos principales de esta es anunciar la muerte del Señor hasta que él venga. Muchos creen que la cena del señor anuncia su venida, pero en realidad si analizas lo que Jesús nos dejo como ordenanza al realizar esto, no es anunciar su 2ª venida, sino su muerte, y no solo eso, sino que marca el periodo de tiempo durante el cual lo haremos que es hasta que él venga, lo que nos convierte en profetas hacia el pasado, ya que anunciamos un hecho que sucedió hace más de 2000 años, pero en el cual hemos creído y hemos puesto nuestra mira en el sacrificio realizado en la cruz.
En parte del verso 8 y 9 se menciona como es nuestra alegría la cual no puede ser descrita con palabras, pero no solo menciona eso, sino que se menciona claramente que esta alegría proviene del tener nuestra esperanza puesta en que él nos salvara.
1Pe 1:9 Ustedes viven alegres porque ya saben que Dios los salvará, y por eso confían en él.
En una ocasión hace ya varios años tuve la oportunidad de ir al cine a ver una película que me llamaba la atención, pero recuerdo que justo antes de entrar al cine una de las personas con las que iba (que ya había visto la película) comento el final de esta misma, así que cuando estaba viendo las diferentes escenas ya ninguna de las cosas que sucedían me sorprendían porque sabía cómo terminaría la historia.
Precisamente esta alegría que nosotros tenemos, la cual proviene de conocer el final de la película, no importa cuántos sufrimientos tengamos que pasar, cuantos cambios abruptos tenga nuestra vida, sabemos cómo termina la historia.
En cierta manera en esto radica que los versículos 6 y 7 mencionan que nuestra fe es probada con fuego y que abra momentos de dificultades, pero que cuando nos encontremos en esos momentos, nuestra esperanza sea encontrada en alabanza, gloria y honra.
Nosotros tenemos este enorme privilegio de convertirnos en personas que profetizan hacia el pasado, pero que ponen su esperanza en el futuro, obteniendo así una inmensa alegría que no puede describirse con palabras.
3. Con un propósito presente definido.
El verso 13 es en donde radica el propósito por el cual fue mencionado todo lo anterior y el cual se convierte en mi misión para este año que estamos comenzando.
1Pe 1:13 Por eso, estén atentos y piensen bien lo que van a hacer, para que siempre hagan lo correcto. Confíen plenamente en que Dios los tratará bien cuando regrese Jesucristo.
Este menciona varias cosas importantes y creo que las da en un sentido estricto de prioridades ya que uno es consiguiente al otro.
-Poniendo atención.
Lo primero que tenemos que hacer dentro de este propósito presente definido es estar atentos a la voz de Dios por medio del Espíritu Santo. Este nos fue dado con el propósito de transformarnos, pero también de guiarnos a toda verdad, convirtiéndose el escucharlo en una de las cosas más importantes que el creyente tiene que aprender a hacer.
No hay método mágico para escuchar al espíritu santo, pero una de las mejores maneras que podemos tener para dejarnos guiar por él es teniendo comunión con Dios, pasando tiempo en oración y en su palabra, de esta forma tendremos oídos atentos cuando nos quiera revelar algo grande y oculto que no conocemos, cuando nos quiera guiar o simplemente cuando nos quiera dar paz en medio de los problemas que vivimos.
-Pensando bien las cosas.
Lo segundo que menciona es después de que hayas escuchado, piensa bien las cosas, discierne todas las cosas.
Creo que esto es algo en lo que hemos fallado constantemente, escuchamos la voz de Dios pero no examinamos lo que nos está pidiendo, no nos tomamos el tiempo para escudriñar las cosas y ver realmente cual es su propósito, así que no apaguemos nuestro cerebro, sino que usemos esta parte tan importante que Dios nos dio para pensar.
-Haciendo lo correcto.
Después de haber escuchado, pensado bien las cosas, solo tenemos una opción y es esta: hacer lo correcto, ese es el propósito de los dos anteriores, llevarnos a que podamos tomar las decisiones correctas, las que han nacido en su corazón.
Pero el versículo no queda ahí, sino que después de esto nos dice algo muy importante y es que confiemos plenamente en que Dios nos tratara bien, porque conocemos el final de la película.
Conclusión:
Por último quiero compartir contigo algo extraño que me sucedió hace algunos días que de no haber obedecido a la voz de su espíritu probablemente no tendría la oportunidad de estar el día de hoy escribiendo en este blog.
Una noche manejando rumbo a mi casa un poco antes de entrar a la colonia en la que vivo hay un semáforo y este se encontraba en verde por lo cual yo no reduje mi velocidad, sino que me dispuse a pasar el semáforo, pero en ese momento fue como si algo dentro de mi me dijera: “detente”, eso para mí fue una locura en ese instante ¿por qué habría de detenerme si el semáforo estaba en verde?, pero después pensé y dije me voy a frenar un poco a esta hora en ocasiones hay personas que no respetan los semáforos, no sea que choque.
Mientras reducía mi velocidad, un carro se atravesó a la calle y entonces me detuve por completo, de este se bajo un adolecente de aproximadamente 17 años con algo que parecía ser una metralleta y me apunto directamente a mí.
En ese momento he de ser sincero no supe que pensar, no tuve miedo, sino que fue como si simplemente me quedara en completa paz viéndolo. Mientras esto pasaba tres vehículos más pasaron a gran velocidad el semáforo como si el objetivo de este fuera solamente abrirles paso.
Al final este adolecente que bajo del carro me saco la lengua e hizo algunas señas ofensivas con las manos, se subió de nuevo a su vehículo y se fue.
El día de hoy puedo pensar en ese momento y me doy cuenta de algo, si no hubiera obedecido a esa voz (el Espíritu Santo) que me dijo detente, lo más probable es que hubiera chocado con este vehículo y él al tener esa arma en su poder me hubiera matado, pero gracias a Dios que se revela a nuestras vidas y que por medio de su espíritu santo nos muestra todas las cosas.
Esta es precisamente la misión que Dios puso para mí este 2011, ya no hacer planes empresariales de muchos objetivos que alcanzar, sino solamente: profetizar hacia el pasado (el sacrificio de Cristo), poniendo mi esperanza en el futuro (su segunda venida) y con un propósito presente definido: escucharle, pensar bien las cosas y hacer lo correcto, sabiendo que él me guiara a lo que tengo que hacer y su trato será siempre bueno.
Mi deseo es que este 2011 puedas depositar completamente tu confianza en Dios. ¡Feliz Año Nuevo!
Pd. solo quiero aclarar que mi visión sigue siendo la misma y este año seguiré luchando en pos de ella. - http://marcoszaragoza.blogspot.com/2010/07/persiguiendo-un-sueno-guajiro.html