jueves, 2 de agosto de 2012

La senda de tus pies.

Vivimos en un mundo en el que tenemos que tomar decisiones constantemente, desde aquellas cosas simples como el que ropa te pondrías el día de hoy, hasta aquellas que son más complejas y afectan el rumbo del camino que trazamos dentro de nuestras vidas, como pudiera ser la decisión de con quien casarse, que debemos estudiar, que trabajo tomar, en que ciudad vivir, etc.

Si analizamos en este momento el lugar en el que nos encontramos nos daremos cuenta que en muchas ocasiones en el pasado tuvimos que tomar sendas o caminos que nos llevaron a lo que somos ahora.

En muchas ocasiones al mirar hacia atrás una pregunta que surge de forma natural es: ¿Qué tal si...?, esto es derivado del hecho que no sabemos cuanto cada decisión puede beneficiarnos o afectarnos dentro de nuestra vida.

Es por ello que tenemos que tratar de tomar decisiones inteligentes en todo momento, pero también tenemos que entender que no siempre tomaremos las decisiones correctas, aun a pesar de lo mucho que podamos analizar una situación.

Hace un par de días observando una serie de televisión surgió una frase dentro del programa la cual capto de inmediato mi atención, esta decía: “No puedes diseñar tu vida como si fuera un edificio. Basta con que la vivas y se ira diseñando sola.”

Esto me dejo meditando mucho porque en verdad no somos nosotros los que podemos con nuestra propia capacidad diseñar nuestra vida.

Decía el rey Salomón en proverbios 16:9 “El corazón del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos.”

En verdad que muchas cosas de las que hemos vivido aun aquellos errores que en ocasiones cometemos nos han llevado a entender algo; no somos nosotros los que dirigimos nuestras propias vidas, sino que hay un plan perfecto que ha sido preparado para que nosotros caminásemos por él (si es que hemos decidido confiar en Jesucristo).

Es por ello que debemos examinar la senda de nuestros pies, así como pedir dirección de Dios para que de esta forma determinemos cuales son nuestros caminos y si son rectos delante de Él. Solo dependiendo del Espíritu en cada decisión que tomemos podremos mantenernos firmes en Su propósito sin desviarnos ni a derecha, ni a izquierda.

Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que Él mismo estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe que sea, no se extraviará. Isaías 35:8

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